Volar en avión puede haber sido tu método de viaje habitual, especialmente si tu artritis u otra enfermedad crónica te dificulta conducir durante largos períodos de tiempo. También puedes sentirte especialmente tentado a viajar si tus seres queridos viven lejos y no los has visto durante la pandemia del COVID-19.

La Fundación Global Healthy Living y CreakyJoints realizaron una encuesta a nuestros miembros, muchos de los cuales viven con condiciones de salud subyacentes que aumentan el riesgo de la enfermedad grave por el COVID-19 — para comprender qué riesgos están dispuestos a asumir las personas que viven con enfermedades crónicas. Mientras que el 8.5 por ciento de los encuestados dijeron que se habían subido a un avión o tren o que lo haría en el próximo mes o dos, el 91.5 por ciento dijeron que solo lo harían cuando la amenaza sea mucho menor o haya desaparecido por completo.

Los encuestados tenían menos probabilidades de subirse a un avión o tren que asistir a una reunión al aire libre de más de 20 personas, comer dentro de un restaurante o quedarse en un hotel.

La CDC (los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU), aconseja a quienes tienen un mayor riesgo por la enfermedad grave del COVID-19 que limiten sus viajes durante la pandemia, incluso en avión.

Si vives con una condicion crónica o tomas medicamentos que pueden afectar tu sistema inmunológico, es probable que estés al tanto de los riesgos que necesitas tomar en cuenta al decidir qué hacer y dónde ir durante la pandemia del COVID-19. La guía general a seguir es simple, pero no siempre es fácil de cumplir:

  • Mantén una distancia social de seis pies (1.8 metros) o más con las personas que no viven en tu hogar siempre que sea posible.
  • Usa cubrebocas cuando estés en público y cuando no puedas mantener una distancia social.
  • Lávate o desinféctate las manos con frecuencia y desinfecta las superficies comúnmente tocadas.
  • Evita grupos grandes o situaciones en las que será difícil mantener una distancia social.
  • Al pasar tiempo con otros, estar al aire libre es más seguro que en el interior.

Viajar en avión es complicado porque requiere que estés en el interior (tanto en el avión como en el aeropuerto), sentado en un espacio pequeño cerca de otros pasajeros durante un período prolongado de tiempo y pasando a lado de otras personas antes y después de tu vuelo (en líneas de seguridad, reclamación de equipaje, etc.).

Esto puede ser particularmente preocupante si estás en un grupo de alto riesgo de complicaciones por el COVID-19.

Antes de reservar tu próximo vuelo, estos son los riesgos que debes tener en cuenta y cómo mantenerte seguro si necesitas viajar pronto.

Riesgos de viajes aéreos durante el COVID-19

Cuando estás en un avión, es prácticamente imposible practicar el distanciamiento social adecuadamente (al menos a seis pies de distancia de otras personas). Dependiendo de la aerolínea con la que viajes, el asiento del medio puede dejarse vacío para permitir más espacio entre tú y otros pasajeros, pero es probable que aun así no estés a más de seis pies de distancia de los demás.

De hecho, el Organización Mundial de la Salud considera que sentarse a dos filas de una persona infectada con una enfermedad aun te pone en “contacto” con esa persona, y el uso de cubrebocas puede o no ser estrictamente exigido en tu vuelo..

La razón por la que el distanciamiento social y el uso de cubrebocas son tan importantes para la prevención de la transmisión del COVID-19 es porque el virus se propaga en gran medida cuando las gotitas respiratorias viajan de una persona infectada a otra persona cercana al toser, estornudar o hablar. La CDC considera el distanciamiento social una de las formas más efectivas de evitar estar expuesto al virus en este momento.

Incluso si tienes la suerte de no estar sentado cerca de otros pasajeros, las personas generalmente no se quedan quietas durante un vuelo. En un estudio del 2018 publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences los investigadores siguieron los movimientos de los pasajeros en 10 vuelos transcontinentales y simularon la transmisión de enfermedades infecciosas según los datos.

Descubrieron que el 38 por ciento de las personas abandonaron su asiento una vez durante su vuelo, el 13 por ciento lo abandonaron dos veces y el 11 por ciento lo abandonaron más de dos veces. El promedio del tiempo que pasaron fuera del asiento por cada pasajero que se levantó fue más de cinco minutos.

Los investigadores notaron que existe una baja probabilidad de transmisión directa a los pasajeros que no están sentados cerca de los pasajeros infectados. “Debido a la forma en que circula el aire y se filtra en los aviones, la mayoría de los virus y otros gérmenes no se propagan fácilmente en los vuelos”, según los CDC.

“Los aviones hacen mucho para mantener limpio el flujo de aire en el avión, y eso es tranquilizador, pero no es un sustituto para crear espacio y usar cubrebocas”, dice el Dr. David Aronoff, MD, Director de la División de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee. “Deberías evitar viajar en aviones que son pequeños si puedes”.

Incluso aquellos con el COVID-19 que son asintomáticos pueden contaminar su entorno, según un estudio de junio del 2020 publicado en la revista mSphere. Los viajes aéreos, por supuesto, también requieren estar en las líneas de seguridad y esperar en las terminales del aeropuerto, lo que puede ponernos cerca de otros pasajeros y tocar superficies con frecuencia incluso cuando no estamos en el avión.

Aunque las superficies se consideran una ruta menos común para la propagación del COVID-19 que las gotitas respiratorias, es posible contraer el COVID-19 si tocas una superficie u objeto que tiene el virus, luego tocas tu boca, nariz u ojos.

“Debido a que la actividad de la enfermedad es muy alta en los Estados Unidos, sigo insistiendo a las personas que viajen solo cuando sea necesario y limiten los viajes recreativos en avión”, dice el Dr. Aronoff. “Ahora es el momento de priorizar la necesidad de viajar en función de cuándo realmente sea esencial”.

Normas que las aerolíneas pueden seguir

A lo largo de la pandemia del COVID-19, las aerolíneas han implementado normas a diferentes grados de rigurosidad. Muchas aerolíneas han ordenado que los miembros de la tripulación y los pasajeros usen cubrebocas (durante la hora de registro, el embarque y el vuelo en sí), y algunos limitan la capacidad o bloquean los asientos de en medio para permitir un mayor distanciamiento social.

En tu vuelo, es posible que te den una comida o refrigerio preempaquetado en lugar del servicio de comida, y te ofrezcan toallitas húmedas o desinfectante para manos al ingresar al avión o durante tu vuelo. La Administración de Seguridad del Transporte ahora también permite una botella de desinfectante líquido para manos de hasta 12 onzas por pasajero en las bolsas de mano (hasta nuevo aviso).

La CDC ha establecido una guía para que las aerolíneas controlen a los pasajeros enfermos, lo que incluye reportar a los pasajeros con síntomas del COVID-19 y seguir los procedimientos operativos de rutina para desinfectar las aeronaves y usar equipo de protección personal.

Cómo mantenerte seguro durante los viajes aéreos

Si necesitas viajar en avión, investiga con anticipación para determinar qué está haciendo la aerolínea que estás considerando usar para reducir la propagación del COVID-19.

“Eso puede incluir una evaluación previa de los empleados o pasajeros para reducir la probabilidad de que alguien con signos o síntomas del COVID-19 esté en un avión, creando oportunidades de espacio y asegurándote de que haya oportunidades para mantener una buena higiene de las manos”, dice el Dr. Aronoff . “También necesitarás saber si la empresa requiere cubrebocas para clientes y empleados”.

Una vez que llegues al aeropuerto, mantén la distancia de otros pasajeros tanto como sea posible y limpia tus manos con frecuencia. Y, por supuesto, usa un cubrebocas durante todo el viaje.

“Mientras esperas, trata de mantenerte alejado de las personas con las que no viajas”, dice el Dr. Aronoff. “Realiza las prácticas de higiene de manos regularmente, usa un cubrebocas y evita a aquellos que no usan uno”.

Lávate las manos después de pasar por seguridad, y cada vez que toques una superficie (usar desinfectante para manos con al menos 60 por ciento de alcohol puede ser útil después de abrocharte el cinturón de seguridad o usar la bandeja de la mesa).

También puede ser beneficioso tomar las siguientes precauciones antes y durante tu vuelo:

  • Trae tus propios bocadillos para que no necesites comprar comida en el aeropuerto (de todos modos, muchos restaurantes pueden estar cerrados en los aeropuertos).
  • Siéntete libre de comprar una botella de agua en el aeropuerto para mantenerte hidratado, pero podría ser útil limpiar la tapa con una toallita desinfectante antes de abrirla.
  • Minimiza la conversación con otros pasajeros a menos que estés a seis pies de distancia y ambos usen cubrebocas.

También puede valer la pena darle un vistazo a las políticas de la aerolínea para cambiar o cancelar un vuelo, en caso de que los casos del COVID-19 aumenten en el área a la que viajas. Es importante destacar que debes estar dispuesto a cancelar tu viaje si no te sientes bien antes de viajar.

Elegir asientos

Incluso si normalmente eres una persona que le gusta el asiento del pasillo, la ventana puede ser tu mejor opción en este momento. Según el estudio de Proceedings of the National Academy of Sciences, los pasajeros en los asientos junto a la ventana parecen tener la menor probabilidad de entrar en contacto con una persona infectada.

Cuando estás sentado junto a la ventana, tienes menos exposición a las azafatas y pasajeros que caminan por los pasillos del avión. Los asistentes de vuelo, en particular, pasan una gran cantidad de tiempo hablando con los pasajeros y caminando por el avión. De hecho, los investigadores encontraron que un miembro de la tripulación enfermo tiene una probabilidad de infectar a unos cinco pasajeros.

El estudio mostró que no solo los pasajeros de los asientos junto a la ventana tenían menos probabilidades de levantarse durante el vuelo que aquellos en los asientos del pasillo (43 por ciento en contra del 80 por ciento, respectivamente), sino que también tenían un promedio de 12 contactos en comparación con 58 para aquellos en asientos de en medio y 64 para aquellos en asientos de pasillo durante su vuelo.

Si la política de tu aerolínea es reducir la capacidad o bloquear los asientos de en medio, pero aun así estás muy cerca de otros pasajeros, vale la pena preguntar si te pueden cambiar el asiento.

“Para ayudar a justificar eso, podría ser útil contar con una carta oficial de tu médico que indique que tienes una enfermedad crónica, incluidos los medicamentos que te recetaron, ya que deberás llevarlos contigo en tu equipaje de mano, ” dice el Dr. Brian Lima, MD, un cirujano cardíaco que trata regularmente a pacientes con condiciones crónicas en el Sandra Atlas Bass Heart Hospital en el Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, Nueva York.

Ten un plan de contingencia para la atención médica en tu destino

Antes de despegar, haz algunas notas sobre a dónde irías (y qué médico verías) si necesitas buscar atención médica en tu destino de viaje. Tu médico puede recomendarte colegas o centros médicos en el lugar al que vayas.

También es una buena práctica general obtener la autorización de tu médico antes de viajar y asegurarte de tener suficientes medicamentos en tu bolsa de mano para que te duren unos días en caso de que se pierda tu equipaje.

En general, si estás en un grupo de alto riesgo de complicaciones por el COVID-19, piensa detenidamente si los viajes aéreos son realmente esenciales en este momento. Habla con tu médico para obtener ayuda para evaluar tu nivel de riesgo de complicaciones debido al COVID-19, y para obtener más precauciones de seguridad que pueden ser específicas para tu ciudad o condición en particular.

“Es un momento difícil para viajar, y creo que todavía estamos averiguando cómo controlar todo”, dice el Dr. Lima. “Si es algo que puedes posponer, puede ser una buena idea hacerlo hasta que tengamos un control más sólido de las cosas”.