Una de las causas principales de muerte en quienes viven con condiciones autoinmunes como la artritis reumatoide (AR), que me diagnosticaron hace cinco años, es la enfermedad respiratoria. Según un estudio italiano del 2017, “se ha informado que el pulmón se encuentra entre los sitios de infección más frecuentes en pacientes con enfermedad reumática” y los pacientes con enfermedad reumática muestran una vulnerabilidad peculiar a las complicaciones infecciosas.
Es natural que el COVID-19 me tenga a mí y a millones de personas con sistemas inmunes comprometidos en todo el mundo, en alerta máxima a medida que aumenta la propagación del virus.
No estoy escribiendo esto para causar histeria masiva o asustar a nadie, sino para educarlos sobre los riesgos que enfrentan muchas personas como yo en este momento.
Puedo ‘parecer saludable’, pero …
Algunos podrían pensar que estoy siendo demasiado dramática porque me veo como una mujer sana de 34 años. Puede que ser “joven” pero no se me considera saludable. La AR compromete mi sistema inmunológico, al igual que los medicamentos modificadores de la enfermedad que tomo para controlar mis síntomas. Necesito estar en alerta máxima por infecciones pulmonares graves, pero no puedo hacerlo sola.
Debo tomar las precauciones que recomiendan los funcionarios de la salud pública. Escucho lo que dicen los proveedores de atención médica sobre cómo evitar la exposición al coronavirus (COVID-19). Pero no siempre puedo evitar la estupidez de otras personas, el completo desprecio por los demás a la falta de higiene adecuada.
No tener que preocuparse es un lujo
Es un lujo no tener que preocuparse por la gravedad de la gripa o un virus que lleva el nombre de una cerveza. Es especialmente un lujo en medio de las últimas noticias de la semana pasada: cuando se anunció la primera muerte en Canadá, a menos de una hora de mi casa; cuando Italia anunció un bloqueo nacional sin precedentes; y cuando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos recomendaron que los ancianos y las personas con problemas de salud subyacentes se abastezcan de bienes y se queden en casa tanto como sea posible. ¿Qué sigue?
Hace unas semanas atrás, asistí a la Reunión Científica Anual de Investigación de Artritis Canadiense donde pude escuchar a algunos de los principales investigadores y médicos de reumatología del mundo hablar sobre la ineficacia de las máscaras faciales, la importancia de lavarse las manos y no tocarse la cara y debatir si se debe posponer el próximo viaje. Fue una plática reveladora de la realidad escalofriante de todo esto.
Efectos a largo plazo en nuestra salud
Incluso si no contraemos el coronavirus, es probable que tengamos un efecto dominó en nuestra salud debido a su impacto en el sistema de atención médica y la economía.
Confío mucho en el sistema de salud.
No puedo ignorar mi estado de salud. Todavía tengo que ir a farmacias, hacer ejercicio en el gimnasio regularmente, ir a hospitales y consultorios médicos (y tomar transporte público para muchas de estas citas). Cada vez que uso mis manos, y con la AR, a menudo necesitas otras manos para ayudarme a mantener el equilibrio, no puedo apagar ese poquito de miedo que acecha en mi mente por haber ido tocando cosas en mi camino.
La fatiga y el dolor de la artritis reumatoide generalmente me hacen cuestionar qué puedo hacer todos los días. Ahora los temores a la exposición al coronavirus están comenzando a liderar esa carrera. ¿Qué precauciones físicas voy a tener que comenzar a tomar? Es mucho más difícil para las personas con discapacidades físicas tomar precauciones para mantenerse a salvo. ¿Tengo que esperar, desear o rezar para que cuando reúna la energía para ir a la tienda pueda obtener lo que necesito sin que el costo se incremente? ¿Los médicos tendrán los suministros para tratarme? Mis preocupaciones son interminables y todo ese estrés tiene un impacto en mi salud .
Al mismo tiempo, soy madre soltera de mi hijo de 7 años que también tiene necesidades. Pero mi historia es solo una de millones con preocupaciones y necesidades similares.
Una súplica para los más vulnerables entre nosotros
Estoy manteniéndome actualizada con las noticias. Pero me enojo al ver las noticias porque parecen centrarse solo en el riesgo para los ancianos (con la mención ocasional de aquellos con condiciones de salud subyacentes). Las personas con esas condiciones necesitan que más personas sean conscientes de esto.
Estoy empezando a prepararme mentalmente si me aconsejan no salir. ¿Podría llegar al punto en que lleguemos a bloqueos locales o nacionales? Me siento mal por las personas que se encuentran en esas situaciones, que pueden no tener acceso a la atención que necesitan o estar con sus seres queridos. No puedo dejar de pensar en aquellos que están perdiendo la vida por este virus. Ya se han perdido demasiadas vidas.
Cuando ocurrió el brote de SARS hace unos años, todavía no me habían diagnosticado una enfermedad que comprometiera mi sistema inmunológico o tomara medicamentos que dificultan la lucha contra la infección. No necesitaba tomar precauciones extremas para evitar los gérmenes de otras personas ni realmente entendía los riesgos. Esta vez realmente tengo que ser inteligente y estar alerta, por mí y por mi hijo.
El diagnóstico que cambia la vida de una enfermedad crónica inmunosupresora realmente pondrá algunas cosas en perspectiva y ciertamente te educará sobre qué tan vulnerable es el cuerpo humano.
Entonces, aquí hay una súplica de mí parte y otros que están en la misma situación. Por favor, lávate las manos. Quédate en casa. Escucha las noticias de fuentes confiables. Ah, y continúa haciendo esto incluso cuando este brote se desaparezca o se detenga. ¿Puede ser una lección para todos nosotros para estar más seguros y comprender mejor a quienes viven con los temores de un sistema inmunitario debilitado? Este debería ser un momento en el que nos unamos para luchar contra esto y promover un futuro más saludable para todos.