Probablemente hayas escuchado que los que toman alcohol moderadamente tienen un menor riesgo de sufrir ciertos problemas de salud, como las enfermedades del corazón y el Alzheimer. Los estudios también han sugerido que tomar unas cuantas bebidas a la semana podría reducir tus posibilidades de desarrollar Artritis Reumatoide (AR), y que los pacientes con artritis reumatoide que beben moderadamente tienen menos probabilidades de tener síntomas graves. ¿Pero, realmente, es el alcohol el que está causando estos beneficios para la salud?
Al menos cuando se trata de la AR, la respuesta parece ser no.
En un nuevo estudio, publicado en la revista Arthritis Care & Research, los investigadores intentaron averiguar si existía una verdadera relación entre el alcohol y los síntomas de la Artritis Reumatoide mediante el seguimiento de cuándo los pacientes cambiaban sus hábitos de beber alcohol y comparaban esos cambios con los indicadores de actividad de la enfermedad. Los investigadores se basaron principalmente en encuestas de cerca de 17,000 participantes.
Después de analizar los datos, los investigadores concluyeron que los pacientes que actualmente padecían enfermedades más graves tenían más probabilidades de dejar de tomar y menos probabilidades de comenzar de nuevo si ya habían dejado de tomar. También determinaron que los bebedores actuales con una mayor discapacidad relacionada con la artritis reumatoide y una peor calidad de vida tenían menos probabilidades de seguir consumiendo alcohol. La otra cara de la moneda, es que los pacientes más sanos con artritis reumatoide eran los que tenían más probabilidades de consumir regularmente alguna cerveza, vino o licor.
“Nuestros datos muestran que cuando las personas no se sienten bien, tienden a no beber alcohol. Si bien esto hace que parezca que las personas que beben están en mejores condiciones, es probable que no sea porque el alcohol en sí está ayudando”, dijo el autor principal, el Dr. Joshua Baker, MD, de la Universidad de Pennsylvania a ScienceDaily.
La conclusión oficial de su grupo es que el alcohol no mejora la AR. “El uso activo del alcohol y los cambios en el uso no se asociaron con la actividad de la enfermedad o la mortalidad … lo que sugiere que no hay un beneficio claro del consumo de alcohol en la AR”.