Es hora de hacernos un chequeo sobre cómo estamos. ¿Cómo esta nuestro bienestar mental? ¿Qué tipo de cuidado debemos tener a medida que avanzamos hacia la próxima temporada?
Es obvio que este es un momento desafiante y difícil. Muchos de nosotros llevamos el estrés de esta incertidumbre y dificultad en nuestros cuerpos. “Reprimimos” el estrés, nos deslizamos sobre cómo nos sentimos y seguimos adelante.
La investigación muestra que ese tipo de afrontamiento, denominado “afrontamiento centrado en las emociones basado en la evitación”, funciona bien en las primeras fases de una crisis. Necesitamos ser capaces de distraer e incluso negar para tener la energía para manejar todo lo que está sucediendo.
Pero a largo plazo, ese tipo de afrontamiento se vuelve perjudicial. Conduce al relleno o la negación que debilita nuestra capacidad de gestión. Incluso puede provocar depresión o mayor ansiedad.
Entonces, ¿qué se recomienda para el afrontamiento a largo plazo? Es una combinación de afrontamiento activo basado en emociones y basado en problemas.
¿Cómo se ve eso en nuestras vidas?
Así es como se ve en la vida cotidiana:
Paso 1: reconoce cómo te sientes realmente
La primera parte de esta práctica implica que se diga a sí mismo, y a menudo a una persona de confianza, cómo te sientes realmente. Puede ser una revelación permitirse decir cosas en voz alta como: Tengo miedo. Estoy enojado. Estoy frustrado.
Paso 2: reducir la negatividad
La siguiente parte consiste en encontrar formas de reducir parte de la negatividad para que tu cuerpo no tenga que cargar con ella. Aquí se aplica el viejo adagio “lo que resistimos persiste”. Cuando resistimos nuestros sentimientos, negándolos o ignorándolos, estos persistirán. Cuando los sacamos al aire, los reconocemos y los nombramos, entonces el poder de ese sentimiento comienza a desvanecerse.
Paso 3: replantear el sentimiento
También podemos afrontar la situación “reencuadrando” el sentimiento.
Estas prácticas son solo eso: formas de practicar cómo lidiar con nuestras emociones rebeldes. Durante este tiempo y después de la pandemia seguiremos necesitando enfrentar y eliminar el estrés.
Cuanto más practiquemos, mejor nos sentiremos.