En un nuevo estudio, los investigadores encontraron que las personas con dolor musculoesquelético crónico tenían más probabilidad de tener problemas para llevarse bien con una pareja y encontraron el sexo físicamente difícil.
En 2019, un grupo de investigadores australianos publicó una revisión sistemática de la literatura que concluyó lo que muchas personas con artritis inflamatoria han sospechado durante mucho tiempo: la disfunción sexual es común entre las personas que viven con esta enfermedad crónica. Ahora, una nueva revisión de la investigación, realizada por el mismo grupo, encuentra que las personas con dolor musculoesquelético crónico que no proviene de la artritis inflamatoria también pueden experimentar problemas sexuales y de relaciones.
En el nuevo estudio, que fue publicado en la revista Arthritis Care &Research, los investigadores analizaron 51 estudios realizados entre 1990 y septiembre de 2019 que se referían a la conexión entre el dolor musculoesquelético (no relacionado con una condición inflamatoria o autoinmune) y el funcionamiento sexual, las relaciones, la imagen corporal y la autoestima. Esto podría incluir osteoartritis, fibromialgia, dolor lumbar crónico, lesiones que causan dolor y otras condiciones similares.
Según los hallazgos, las personas con dolor musculoesquelético crónico tenían probabilidades de tener problemas para llevarse bien con una pareja, así como tener inseguridades irracionales sobre su propio cuerpo e identidad sexual. También era probable que encontraran el sexo físicamente difícil.
Los investigadores señalan que además del dolor muchos pacientes con dolor crónico toman antidepresivos, y que la disfunción sexual es un efecto secundario bien conocido de estos medicamentos.
“Estos datos refuerzan la importancia de apreciar los impactos de gran alcance del dolor crónico en la vida de las personas”, escribieron los autores, y agregaron que “el deterioro de la función y la identidad sexuales contribuyen a reducir la calidad de vida y la autoestima”. Agregaron que muchos médicos que tratan a personas con dolor crónico no discuten el impacto que puede tener en las relaciones íntimas.
Las enfermedades crónicas presentan desafíos físicos, mentales y emocionales cuando se trata de sexo, intimidad y relaciones. Con el fin de ayudar a las personas a superar esos obstáculos, los médicos deben informar a los pacientes de posibles problemas, crear un espacio seguro para discutirlos y proporcionar consejos para mantener el sexo, la intimidad y las relaciones cuando usted tiene una enfermedad crónica.
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