Al principio de la pandemia de coronavirus quedó claro que el COVID-19 estaba afectando de manera desproporcionada a los latinos/hispanos. Datos recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. mostraron que los pacientes latinos con COVID-19 tenían cuatro veces más tasa de hospitalización y casi tres veces la tasa de muerte.
Se cree que hay muchos factores diferentes que influyen en este aumento del riesgo, que incluyen:
- Tener múltiples factores de riesgo de COVID-19 grave, como obesidad, diabetes y enfermedad renal.
- Tener menos probabilidades de estar cubierto por un seguro médico o tener acceso a atención preventiva.
- Tener más probabilidades de trabajar en puestos esenciales que aumentan el riesgo de exposición al coronavirus
Lo que todavía no saben los investigadores es acerca de cómo les ha ido a los pacientes latinos con enfermedades reumáticas durante la pandemia, pero ha habido preocupación de que puedan ser más vulnerables que la población latina en general debido a que tienen un sistema inmunológico alterado y al uso de medicamentos que afectan la función del sistema inmunológico.
Investigadores del Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (parte de los Institutos Nacionales de Salud) buscaron estudiar esto en un grupo de 178 pacientes en el área de Washington, DC que fueron atendidos entre el 1º de abril y el 15 de octubre de 2020. Tenían artritis reumatoide, lupus u otra enfermedad reumática. La mayoría (91 por ciento) eran mujeres con una edad promedio de 46 años. La mayoría tomaba medicamentos que afectan la función del sistema inmunológico, como los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs).
El estudio, publicado en la revista Arthritis & Rheumatology, encontró que había una tasa más alta de infecciones por COVID-19 en pacientes latinos con enfermedad reumática en comparación con los pacientes latinos de la población general. Tener una infección por COVID-19 también fue un desencadenante de brotes de enfermedad reumática.
Aquí hay más sobre lo que aprendieron los investigadores:
Enfermedad reumática y riesgo de infección.
Los investigadores encontraron que la incidencia de la infección por COVID-19 era tres veces mayor en pacientes latinos con enfermedad reumática que en la población hispana en general. (Hubo 32 casos de COVID-19 entre las 178 personas del estudio). Tenían entre cinco y 11 veces más probabilidades de contraer el coronavirus en comparación con la población general.
Todos los pacientes que desarrollaron COVID-19 eran trabajadores esenciales o vivían en un hogar con trabajadores esenciales.
El papel de la obesidad
La obesidad agravó el problema. Las personas con un índice de masa corporal (IMC) de 30.35 o más, tenían más del triple de probabilidades de estar infectadas que aquellas con un IMC más bajo. (Un IMC de 30 marca el umbral entre sobrepeso y obesidad). De hecho, la obesidad resultó ser un factor de riesgo principal para contraer COVID-19. La edad fue otra, con las personas mayores de 39.5 años más en riesgo que las que eran más jóvenes.
Resultados y función de los medicamentos DMARD (medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad)
Afortunadamente, ninguna de las 32 personas que desarrollaron COVID-19 necesitó cuidados intensivos y no hubo muertes. Seis pacientes fueron hospitalizados. “No hubo evidencia de que ninguno de los tratamientos inmunomoduladores confiriera protección o susceptibilidad a la infección”, escribieron los autores del estudio.
En otras palabras, los medicamentos para la enfermedad reumática de los pacientes no parecieron aumentar ni disminuir el riesgo de infección.
En cuanto a por qué a estos pacientes con COVID-19 parecía que les iba bien en su mayoría, los investigadores plantearon algunas explicaciones, que podrían incluir “una edad más joven, mayoritariamente mujeres, condiciones preexistentes relativamente leves” y un uso limitado de glucocorticoides antes de enfermarse con COVID-19.
También sugirieron que posiblemente podría haber “efectos positivos” de tomar los medicamentos DMARD, aunque el estudio no lo demostró.
Otra investigación ha sugerido que los DMARD podrían ayudar a prevenir las complicaciones del COVID-19 debido a la forma en que reducen la inflamación fuera de control.
Brotes de enfermedades reumáticas
En el estudio, la relación entre COVID-19 y la enfermedad reumática funcionó en ambos sentidos. Las personas infectadas tenían 4.5 veces más probabilidades de tener un brote que las que no tenían COVID-19. Ocho de los 27 pacientes con COVID-19 tuvieron un brote. Esto tiene sentido, dicen los autores, dado que se sabe que los virus desencadenan brotes de enfermedades.
Debido a esta conexión con COVID-19 y los brotes de la enfermedad, los investigadores sugieren que “los reumatólogos deben seguir de cerca a los pacientes que notifican COVID-19 durante el período posterior a la infección en previsión de un posible brote de enfermedad reumática”.